Al
retomar la marcha, lo hizo por una ruta con tránsito regular, y buena
señalización, la que le permitió acceder a un centro poblado, al que arribó ya
anochecido. Obtuvo alojamiento en una pensión de uso habitual de camioneros y
modestos viajantes de comercio.
El
trajinar del día ayudaron la llegada del reparador sueño. Reparador? Una
avalancha de imágenes amenazadoras, inquietantes se abatieron sobre su
inconsciente, se veía caminando a través de la reja, ya abierta, internándose
por el misterioso terreno, que al pisarlo producía un crujido siniestro. A
pesar de ser un sueño podía sentir el fétido olor del vapor desprendido del
terreno, al avanzar hacia la oscura edificación, una fuerte opresión en el
pecho le impedía caminar, los pies le pesaban, del interior de la construcción
surgían unas siluetas indefinidas, que caminaban en forma errática, y estiraban
los brazos con gestos suplicantes, las figuras se acercaban mostrando sus
rostros surcados por cicatrices y llagas…….de pronto se despertó sofocado, con
una sensación de fuego que le recorría todo el cuerpo. Para calmar tan incómoda
sensación, salió de la habitación al exterior pero el fuego corporal no
disminuía, lo que si sucedió al amanecer.
Emprendida la marcha el clima fue cambiando,
de seco y sofocante de la víspera a
fresco y ventoso con amenaza de tormenta. A los pocos kilómetros, un
torbellino de viento envolvió al vehículo, casi de inmediato comenzó una
pertinaz lluvia, acompañada de una impenetrable oscuridad, por precaución
detuvo la marcha. Descendiendo del coche intentó orientarse, la cortina de agua
no le permitió su propósito, retornó a refugiarse al vehículo, el frío y la
mojadura lo sumieron en una modorra. De inmediato una leve sacudida y un sonido
atenuado lo despertaron, al incorporarse unos tenues resplandores se
percibieron a escasa distancia, las luces oscilaban, daban la impresión que se
acercaban, para luego alejarse. La intensa lluvia se había trocado en llovizna,
una curiosidad compulsiva lo llevó a acercarse al extraño fenómeno, las luces
respondían a unas teas que despedían un resplandor verde amarillento, portadas
por un grupo de figuras de contorno indefinido, rodeaba al grupo una cerrazón
que impedía definir su aspecto, como magnetizado se vio arrastrado por la
procesión hacia un portal rodeado de una siniestra enredadera espinosa, que
daba paso a un alucinado y espectral escenario: el edificio de la víspera
despedía un resplandor llameante, al acercarse el calor no lo quemaba, lo
abrazó, lo abrazó, LO ABRASÓ…..
Aún es posible ver los restos calcinados
de un vehículo, según los lugareños un día de tormenta eléctrica fue impactado
por un rayo.
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